Películas en la mente. Psicología y cine desde Sigmund Freud
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Películas en la mente. Psicología y cine desde Sigmund Freud

Sala Cronopios

¿Cómo se relacionan cine y psicoanálisis? ¿Por qué lloramos al ver una película? Esta muestra audiovisual e interactiva curada por Kristina Jaspers y Wolf Unterberger, cuenta con proyecciones, objetos y ejemplos cinematográficos en los que cine y psicoanálisis se enriquecen y retroalimentan.

Una exposición de la Deutsche Kinemathek - Museum für Film und Fernsehen

Curadores: Kristina Jaspers y Wolf Unterberger.

Palabras de los curadores

Desde un principio el cine como fiel medio de representación fascinó al público. Ese deslumbramiento no sólo tenía que ver la reproducción de los movimientos, por lo cual el cine se diferenciaba de la fotografía. La importancia radicaba más bien en el hecho extraordinario de que el cine puede reproducir aquello que sólo es visible para el ojo interno: cuadros espirituales, sueños y visiones – lo “psíquico inconsciente”. La múltiple correlación entre las vívidas imágenes y la introspección en la psiquis humana, como lo logra la psicología, constituyen el tema de la exposición. “Cine en la mente” no sólo es la descripción, expone todo un espectro de perfectas construcciones históricas, pasando por la visualización de mundos internos imaginativos y del inconsciente, hasta llegar a un montaje orientado a la “lógica onírica”. En “SUEÑOS QUE EL DINERO PUEDE COMPRAR”, al margen de la cinematografía comercial, con los medios formales, el cine de vanguardia se sentía desafiado por la actividad onírica como un experimento del “mundo interior”. Cuando en 1948 Hans Richter realizó una película por episodios, tuvo el propósito de poner a prueba el dinamismo de la producción vanguardista.

En la representación del inconsciente surrealista o de sueños abstractos, participaron cinco artistas: Max Ernst, Man Ray, Marcel Duchamp, Fernand Léger y Alexander Calder. Continuaron una línea que ya había sido pionera tanto en el cine de vanguardia europeo como americano y era considerada como reacción cinematográfica tanto frente al psicoanálisis como a su más destacado protagonista, Sigmund Freud. Una conciencia, que obviamente jamás fue compartida ni por Freud ni por los freudianos. En ocasión del estreno de “Esquire” de Hollywood, la publicidad externa denominó la película de Richter como “película surrealista freudiana”. Por su parte, la “fábrica de los sueños” también había descubierto para sí el psicoanálisis: en 1945 Alfred Hitchcock en su Thriller SPELLBOUND puso en pantalla un psicoanalista, que en su fisonomía se parecía mucho a Freud. Asimismo la imagen de la enfermedad del protagonista, una marcada amnesia, se orientaba a los logros del psicoanálisis. Para la representación de un sueño y su interpretación psicoanalítica Hitchcock comprometió al surrealista Salvador Dalí. La representación de Dalí de sueño e interpretación psicoanalítica forman parte de una trama criminal clásica. Cuando al final el criminal muere y el trauma del protagonista se cura, entonces la táctica popular de Hitchcock y la pretensión artística del surrealismo se asocian. El misterio de la psiquis humana constituye para los científicos un desafío que el cine muy frecuentemente escenifica en forma de Thriller. Muchos Films demuestran que las historias cinematográficas no sólo representan procesos psicológicos, sino que más bien tratan de liberarlos en el público. Por más surrealista que suene, recién a partir de la representación de la realidad externa, es que la interna cobra vida. La cinematografía tiene lugar en la cabeza.
Rainer Rother, Cinemateca Alemana-Museo para Cine y Televisión - Berlín.

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