Otro que no iba a perderse la locura por los rayos láser y las naves espaciales era el productor italiano Dino De Laurentiis. De hecho, George Lucas quería adaptar Flash Gordon al cine hasta que supo que De Laurentiis se había quedado con los derechos, lo que derivó en la escritura de Star Wars. Cuando la saga de Lucas se convirtió en un éxito, De Laurentiis aceleró: contrató al competente Mike Hodges como director, al dos veces ganador del Oscar Dino Donati para el diseño de producción (su película anterior había sido Calígula), y a Queen para la banda sonora, además de un reparto que incluía estrellas europeas —Ornella Muti, Timothy Dalton y un Max von Sydow que se divierte como el villano Ming de Mongo— y casi desconocidos estadounidenses, como Sam J. Jones. El resultado es bastante mejor de lo que dictaminó la crítica: fiel a los diseños de Alex Raymond, lleno de humor e ironía, y con muy buenas secuencias de acción. Casi una película de culto (o sin “casi”).
Entrada sin cargo para argentinos y residentes. Reservas en Entradas BA. Sujeto a capacidad de sala.
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