Aunque la casa Hammer lo asoció mucho con Drácula (y quizás fue el mejor Conde del cine, con perdón de Gary Oldman), Christopher Lee hizo mucho más en ese estudio. Por ejemplo, este investigador de lo oculto que intenta salvar a un noble amigo de un culto satánico. Si quieren saber lo bueno que era Lee, esta película es central en su carrera por cómo podía combinar la sutileza de gestos cotidianos con la intensidad shakespereana. Por lo demás, la historia tiene una fuerte originalidad, no poca sátira social y momentos sorprendentes por su resolución técnica. Poco recordada pero casi perfecta.
Entrada sin cargo para argentinos y residentes. Reservas en Entradas BA. Sujeto a capacidad de sala. Solo apta para mayores de 13 años.
A lo largo de todo el año impulsamos convocatorias abiertas y públicas para invitar a referentes culturales, colectivos, organizaciones, instituciones y artistas a proponer y llevar adelante contenidos culturales y artísticos junto al centro.
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